Talento joven y colaboración empresarial

Este 2025, el proyecto Ingenieros en Acción ha sido un puente entre la academia y la industria, permitiendo que nuestros estudiantes UNICAES desarrollen competencias profesionales reales, mientras aportan ideas frescas e innovadoras a empresas líderes del país.
Este programa, con alcance internacional gracias a la colaboración con la Dra. Cydni M. Robertson de la Universidad Estatal de Indiana, ha sido una experiencia transformadora para todos los involucrados.
Entre los principales beneficios se destaca lo siguiente:
  • Estudiantes que ganaron experiencia práctica.
  • Empresas que descubrieron nuevo talento.
  • Nuestra institución, que fortalece su compromiso con una educación de calidad y con impacto.
Para cerrar con broche de oro, organizamos un desayuno especial con los jóvenes practicantes y las empresas que les abrieron sus puertas.
 ¡Gracias por ser parte de esta iniciativa que impulsa el futuro profesional de nuestros ingenieros!

Arquitectura, liderazgo y servicio: Mi aventura en Fundación Botín

¡Hola! Soy Gissela Cruz, estudiante de quinto año de Arquitectura en Universidad Católica de El Salvador, emprendedora y miembro de la red de servidores públicos de Fundación Botín. En 2023 tomé una decisión que transformaría mi vida: postularme al Programa para el Fortalecimiento de la Función Pública en América Latina. Fue un proceso desafiante, pero lleno de aprendizajes que me llevaron a ser seleccionada como la única representante de El Salvador.
 
El programa me permitió vivir una experiencia única de dos meses en España y Colombia, donde participé en sesiones académicas, actividades culturales y proyectos de liderazgo. En España visitamos Toledo, que me enseñó sobre la importancia del patrimonio y la ciudadanía, y la Universidad de Salamanca, un espacio lleno de historia y aprendizaje social. También recorrimos un tramo del Camino de Santiago, caminando tres días por la ruta Mozárabe con el objetivo de llegar a la emblemática Catedral de Santiago de Compostela. Ese momento, compartiendo nuestras banderas y celebrando con jóvenes de diferentes países es un recuerdo que siempre guardaré.
 
En Madrid, durante un mes, nos sumergimos en clases en la sede de la Fundación Botín, donde aprendimos de líderes destacados y trabajamos en proyectos grupales, como la simulación de un Tratado de Unión Latinoamericana. Además, participé en la feria de países, donde tuve la oportunidad de destacar la riqueza cultural de El Salvador recitando “Un rancho y un lucero” de Alfredo Espino, un momento que me llenó de orgullo al recibir un reconocimiento por mi participación.
 
El programa incluyó encuentros memorables, como la visita al Banco de España, el Museo del Prado y, como broche de oro, un conversatorio con el Rey Felipe VI en el Palacio Real de El Pardo. En Colombia, continuamos nuestra formación en la Universidad de Los Andes, abordando temas sobre diseño y acceso a la justicia, y culminamos en Cartagena de Indias celebrando el XV aniversario del programa con la red de servidores públicos.
Todo este recorrido fue mucho más que un programa académico. Fue un viaje de autodescubrimiento, de salir de mi zona de confort y de reafirmar mi compromiso con el servicio público. Agradezco a Dios, a mi familia, a UNICAES y a la ONG Un Pulmón Más, quienes me apoyaron en cada paso del camino, desde la postulación hasta la ejecución de un proyecto social-ambiental.
 
Mi consejo a quienes quieran atreverse a soñar en grande es que no tengan miedo de los retos. Todo proceso lleva tiempo y esfuerzo, pero el resultado vale la pena. Desde lo más pequeño podemos lograr cosas extraordinarias y marcar una diferencia en nuestra sociedad. Hoy, como parte de esta red, estoy más motivada que nunca para contribuir a un mundo más equitativo, sostenible e inclusivo.
 
RAFAEL-63

De Colombia a El Salvador: Mi viaje en la ingeniería agronómica

¡Hola! Soy Rafael Antonio Guerrero Díaz, y quiero compartir un poco sobre esta fascinante etapa de mi vida. Actualmente estoy viviendo una experiencia increíble como estudiante de Intercambio Académico Internacional, en la carrera de Ingeniería Agronómica, en la Universidad Católica de El Salvador. Vengo de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, sede Tunja, donde comencé este camino que hoy me llena de aprendizaje y retos.
 
Mi familia es una mezcla entre la docencia y el mundo agrícola. Mis nonos (abuelos) me inculcaron el amor por el agro a través de su finca, donde crecí rodeado de cultivos de cacao, café y cítricos. Mi tío, Martín Guerrero, fue ingeniero agrónomo y experto en floricultura, particularmente en el cultivo de rosas. Su ejemplo despertó en mí un interés genuino por esta carrera, llevándome a inscribirme en Ingeniería Agronómica y a enamorarme poco a poco de las áreas investigativa, académica y práctica.
 
Al final, gracias a mi esfuerzo y dedicación, logré obtener una beca completa que me abrió las puertas para venir aquí a UNICAES. Este Intercambio Académico no solo ha sido una oportunidad para ampliar mis conocimientos, sino también para comparar y aprender sobre otras perspectivas. En El Salvador, por ejemplo, he notado un enfoque importante en el manejo pecuario, un área que complementa mi formación agronómica.
Desde que llegué, la calidez de mis compañeros, profesores y todo el personal de UNICAES me ha hecho sentir en casa. La infraestructura y el ambiente de la casa de huéspedes me han sorprendido gratamente, ofreciendo un espacio acogedor y tranquilo para concentrarme en mis metas.
 
En cuanto a mis expectativas, espero absorber todo lo relacionado con el manejo pecuario para convertirme en un profesional integral, capaz de integrar conocimientos agronómicos y agropecuarios. También valoro profundamente el intercambio cultural y académico con personas de un país tan cercano, pero a la vez con experiencias únicas para ofrecer.
 
Mis familiares se sintieron emocionados y orgullosos cuando les compartí la noticia de este intercambio. Saben que esto representa un paso importante en mi desarrollo profesional y personal, y su apoyo ha sido fundamental en cada paso del camino.
 
Hoy, desde Santa Ana, estoy más comprometido que nunca con mi objetivo de crecer y compartir conocimientos, no solo en lo académico, sino en lo humano. Este es el comienzo de un capítulo que estoy seguro recordaré con gratitud y emoción. ¡Vamos por más!