Entornos digitales: “El centro de atención recae en el alumno”
Fue, concretamente, hace un año, cuando el doctor Guillermo Salvador Mendoza concretaba su grado de doctor en educación, por la Universidad de Navarra, en Pamplona, España. Desde entonces, sus experiencias académicas han seguido un ritmo constante, prolongado. Con publicaciones recientes en las revistas Computers in Human Behavior y Web of Science, sus investigaciones sobre el aprendizaje en entornos digitales no solo han alcanzado un carácter internacional, si no que cobran fuerza en el actual contexto de emergencia sanitaria.
En las siguientes líneas, conversamos con el doctor Guillermo Mendoza para conocer sobre los retos y oportunidades de la educación en línea, en tiempos de Covid-19.
Su tesis de doctorado trata sobre el aprendizaje en entornos digitales. A la luz de sus estudios, ¿cuáles considera que han sido los retos y oportunidades de la educación superior, en este contexto de emergencia sanitaria por el Covid-19?
Considero que la educación está pasando por unos de sus momentos más desafiantes de la historia. El Covidd-19 ha demandado que el sistema educativo nacional diseñe nuevos esquemas de aprendizaje e implemente herramientas digitales, que permitan llegar a sus estudiantes desde una computadora en casa.
Me parece que al inicio de la emergencia hubo un desconocimiento de cómo navegar por internet. El uso de plataformas educativas era real, pero no completa. Las condiciones sociales y económicas eran un reto, había un desconocimiento de metodologías en educación virtual.
En la educación superior tradicional, cara a cara, el profesor es considerado una autoridad, que se encarga de impartir ciencia, enseñar a los estudiantes y responder a cualquier pregunta; por tanto, tiene un rol dominante: el profesor tiene el control de casi todos los recursos, siempre se ha pensado que es el responsable de modelar a los estudiantes en diferentes aspectos y de transmitir el conocimiento. Sin embargo, esta modalidad educativa nos está demostrando que los estudiantes pueden encontrar el conocimiento que requieren sin necesidad de acudir a un profesor, lo que cambia el rol del profesor como la principal fuente de conocimiento.
Los estudiantes y los docentes, ¿cómo podemos prepararnos mejor para aprovechar este aprendizaje en entornos digitales?
En este contexto, los docentes y estudiantes debemos ser conscientes que el alumno trabaja, principalmente, de modo autónomo e independiente, cuando quiera y sin grandes normas, con respecto a las actividades que debe realizar. El centro de atención recae en el alumno.
También podría ser muy funcional que docentes y estudiantes comprendan que la separación física no implica que los aprendizajes de un contexto virtual no se logren; por el contrario, en estos cursos se promueve el desarrollo de la autonomía y la experiencia propia del estudiante, por medio de una interacción continua con el docente tutor, a través de las TIC.
La preparación de docente y estudiantes ante el trabajo virtual no radica solamente en aprender a usar aulas virtuales y TIC en general; sino, a comprender la filosofía de la educación virtual.
Los padres de familia deben seguir inculcando la responsabilidad y el respeto a un horario de clase, ayudar a organizar el trabajo del alumno. La familia juega un papel importante en el campo de la educación.
¿Cuál debe ser el papel de la Universidad para ser protagonista de esta nueva realidad en la que vivimos?
Según las estimaciones de la UNESCO, más de 1,500 millones de estudiantes, de 165 países no pueden asistir a las instituciones de educación, debido al Covid-19. La pandemia ha obligado a explorar nuevas formas de aprender. Esta situación ha resultado difícil para los docentes, estudiantes y padres de familia, que tienen que enfrentarse a los problemas emocionales y económicos de la emergencia.
Las universidades deben ser conscientes de que las fronteras del conocimiento se abrieron mucho más con esta pandemia, lo que representa una oportunidad para que las universidades fomenten iniciativas para la docencia, la investigación y la proyección social, sin descuidar o dejar de lado la preocupación sobre las barreras digitales, los problemas de conectividad y la falta de acceso a las TIC. Supone un reto para miles de estudiantes, especialmente para nuestro país, en vía de desarrollo.
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