The frozen Bar: la tarea que conquistó el paladar
“Surgió así: con una tarea que me dejaron en la U. Fue en la materia de Gestión de Mercadeo I, había que diseñar un proyecto, una empresa, para vender en la planta baja del Edificio A. Así fue como se nos ocurrió”, dice Brenda Galdámez, egresada de UNICAES, cuando se le pregunta cómo surge The Frozen Bar, una idea de negocio que ahora es toda una realidad y que ha llegado para conquistar el paladar de muchos, en el occidente del país.
En la actualidad, The Frozen Bar se encuentra en tres ciudades, dos departamentos: Metapán, Ahuachapán y Santa Ana
Pero del dicho al hecho hay mucho trecho, reza un refrán popular. Para hablar de la esencia del emprendimiento de Brenda habría que trasladarse unos años atrás, cuando en su casa, en Metapán, preparaban una refrescante receta familiar. “Siempre que llegaban personas a visitarnos, mi mamá les hacía un frozen. Ella fue la que se inventó esas mezclas”, se sincera.
Y es que la idea tiene lógica para quien conoce la pujante Ciudad Calera, donde el calor de su gente trasciende y contagia el ambiente. De hecho, la primera tienda The Frozen Bar surge en los Festivales Gastronómicos de Metapán, que se organizaban el último sábado de cada mes, en el parque central de la ciudad. “Fue complicado, porque justo que comenzaron los festivales comencé a llevar clases el día sábado. Salía super tarde, de una vez me iba a Metapán para trabajar allá”, recuerda.
En la actualidad, The Frozen Bar se encuentra en tres ciudades, dos departamentos: Metapán, Ahuachapán y Santa Ana. Para llegar a este último lugar, Brenda tuvo que aplicar sus técnicas de estudio. “Un amigo nos dio permiso de vender en su local de comida rápida. Para probar, hicimos un estudio de mercado y, gracias a Dios, nos fue bien”.
Tan bien que, en abril de 2021, The Frozen Bar inauguró un local propio en una plaza comercial, a la entrada de Santa Ana. Sus sabores, olores y mezclas invitan a vivir una experiencia gratificante para el paladar. Hay frozen de frutas tropicales, como el coco, la piña y el mango; hasta frutas más locales, como el jocote y el morro (horchata). Todo natural.
El futuro no es incierto: Brenda se gradúa en julio, de la carrera de Administración de Empresas, en UNICAES. Tiene en miras trascender la experiencia a otros confines del Pulgarcito y quien quita, inaugurar otra sucursal en la Ciudad Morena. Al final, las cosas grandes empiezan siendo pequeñas, reza otro refrán popular; o como dice ella, “de esas tareas pueden salir grandes ideas”.
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