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Del 5 al 9 de junio se realizó la Semana Teológica 2017 en la Universidad Católica de El Salvador (UNICAES). Las ponencias de la Semana estuvieron a cargo del Presbítero y el Doctor Luis Gallo, de la Universidad Pontificia Salesiana de Roma. En las siguientes líneas, el Dr. Gallo nos comparte los aspectos abordados durante su participación en el evento, acentuando los desafíos contemporáneos de la Iglesia, así como los caminos que nos traza el Concilio Vaticano II para llevar la Doctrina Católica hasta los lugares más recónditos del planeta.

Doctor Gallo, ¿cuáles son los desafíos contemporáneos de la iglesia en el área de pastoral y catequesis?

En general son los desafíos que ya se había anunciado la Conferencia General de Aparecida en 2007, aunque algunas cosas se han acentuado y matizado. Pero hay un gran desafío de la situación mundial global, que se ha ido acelerando y cada vez más afirmando, que comporta también repercusiones en todos los ámbitos, lo dice el mismo documento de Aparecida. En el ámbito cultural, por ejemplo, los modos de ver la realidad, ya no vemos la realidad como pedacitos, sino como un todo; cualquier cosa  que sucede en el mundo repercute en todo el mundo.

¿Qué aspectos de la Doctrina Social se abordaron en esta Semana Teológica?

Primeramente, vimos unas nociones fundamentales, ¿cuál es la visión del ser humano que tiene la doctrina social de la iglesia?, porque todo depende de eso, qué tipo de hombre se propone seguir, y favorecer, sobre todo basado en el documento de la Gaudium Et Spes, que es el último documento del Vaticano II; también, se abordó un tema que, en lo personal, creo que es fundamental, ¿cuál es la base última de todo este compromiso de la Iglesia en el campo? La propuesta de Jesús como Reino de Dios, entendido como convivencia colectiva alternativa a la que se está viviendo. Jesús propuso un modelo de convivencia totalmente alternativo. Mientras la convivencia estaba marcada por el poder, por la riqueza, por el prestigio, etc. Jesús propone todo lo contrario, porque sabe bien que esa convivencia se convierte en una Con-matanza, no existe esa palabra, la invento yo. Con-matanza, estar juntos matándose prácticamente. Entonces, volver a la figura, a la inspiración original del cristianismo es indispensable, ahí está la base de todo. También hemos visto cómo se ha ido despertando la Doctrina Social de la Iglesia para atender los grandes problemas del siglo XIX, la cuestión obrera, por ejemplo, porque se empezó con una forma muy tradicional, muy arraigado en el pasado y poco a poco se fue caminando hacia una visión que es más actual. Después habría que abordar en concreto cómo piensa la economía la Doctrina Social de la Iglesia, la política, la ecología, este último tema es muy importante.

Doctor Gallo, me gustaría conocer su opinión sobre el papel de los jóvenes hoy en día, considerando que nos encontramos en una universidad católica, en donde los jóvenes son el alma de la vida universitaria: ¿qué papel juegan ellos en la iglesia?

Sobre todo hay que dejar que los jóvenes realmente tengan voz en la iglesia, el Papa está insistiendo, hay una frase que él siempre está repitiendo: “hagan ruido, hagan lío”, muy interesante, es un modo de decir que los jóvenes deben de tener su voz, porque el joven siempre percibe cosas que la gente ya está acostumbra, y por tanto no ve, especialmente pensando lo que dicen los Libros de los Hechos, citando al profeta: “El Señor despertará con su Espíritu a los jóvenes y les hará tener sueños como los ancianos que están también pensando en cómo cambiar el mundo”. No es fácil, porque hay muchas cosas, sobre todo a través de la comunicación social, los jóvenes quedan un poco dopados, digamos, ni siquiera tienen a veces posibilidad de pensar y después se ofrecen a hechos espantosos, eso de la ballena azul es algo terrible, es un pequeño punto en el cual se ve cuál puede ser la línea mortificante, si no se está atento. Los medios de comunicación son un instrumento estupendo, pero también son ambiguos, pueden contribuir a la vida, pero pueden contribuir poderosamente a la muerte. Y los jóvenes son los principales afectados porque son las personas más sensibles a este mundo, los más frecuentadores de lo social.