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El emprendimiento en la educación superior ha cobrado relevancia en los últimos años, principalmente porque no se ha tenido la demanda laboral correspondiente a la oferta existente, provocando que la creación de nuevos negocios emerja como una alternativa de generación de ingresos para las personas. 

En los últimos veinte años se desató la fiebre del emprendimiento, algo que no se había visto desde la Revolución Industrial. Las Startup y las empresas creadas por emprendedores, que han sabido sacar provecho de la Revolución Tecnológica y que ha experimentado el ecosistema en este periodo, han aprovechado el acceso a la información, se han valido de sus conocimientos académicos y de metodologías y técnicas de emprendimiento para convertirse en empresarios.

Lo anterior resalta la importancia de aprovechar el auge del emprendimiento en la educación superior y se puede hacer en dos vías: inclusión de acciones en la malla curricular e incorporación de acciones extracurriculares. En la primera vía, la inclusión de acciones en la maya curricular llevaría a fortalecer la cultura emprendedora de los estudiantes de educación superior, el prototipado de su idea de negocios y la validación de su modelo de negocios. Mientras que la segunda vía, que corresponde a las acciones extracurriculares, permitiría desarrollar y fortalecer las habilidades emprendedoras para el desarrollo de nuevos modelos negocios.

También, un aspecto clave en este proceso de incorporación del emprendimiento a la educación superior debe ser el cambio de los paradigmas de los docentes involucrados en el sistema de formación; pues resulta fundamental generar un cambio en la mentalidad de estos y no dejar en manos de pocos colegas el cargo de la formación emprendedora. 

Qué sucede con aquellos estudiantes interesados en emprender, o aquellos que ya lo han hecho, pero quizá les haga falta una metodología que les permita escalar sus negocios. ¿Qué sucede con aquellos estudiantes de áreas de formación diferente a la facultad de negocios? Estudiantes de las ingenierías, ciencias de la salud, educación, comunicación y diseño gráfico, cuyos planes de estudios en su mayoría no contemplan materias de formación en negocios.

La oportunidad de aprovechar los recursos tecnológicos, el acceso a la información y el desarrollo de nuevos métodos de crear empresas, a través del emprendimiento, ha dado pie a que en las aulas se puedan generar cursos de acción que permitan a los estudiantes desarrollar sus habilidades y capacidades para emprender.

Pero ¿qué es el emprendimiento? Steve Blank, quién es un emprendedor en serie, profesor de Silicon Valley y creador muchos libros de emprendimiento entre ellos “El Manual del Emprendedor”, señala que es “una organización formada para la búsqueda de un modelo de negocios repetible y escalable”.

Por su parte, Erick Ries, creador de la metodología Lean Start Up, en su libro “El Método Lean Startup”. lo define como “una institución humana diseñada para entregar un nuevo producto y servicio bajo condiciones de incertidumbre extrema”.

En emprendimiento, por definición, se sabe que va a operar en incertidumbre, sin datos previos o históricos; que no se tiene un modelo de negocios validado y, por lo tanto, se debe recurrir a métodos que permitan a los emprendedores o creadores de negocios explorar su creatividad y sus habilidades para diseñar productos y servicios, crear modelos de negocios y validar metodologías que permitan la puesta en marcha de un nuevo negocio. 

Entonces, ¿qué sucede con aquellos estudiantes interesados en emprender, o aquellos que ya lo han hecho, pero quizá les haga falta una metodología que les permita escalar sus negocios? ¿Qué sucede con aquellos estudiantes de áreas de formación diferente a la facultad de negocios? Estudiantes de las ingenierías, ciencias de la salud, educación, comunicación y diseño gráfico, cuyos planes de estudios en su mayoría no contemplan materias de formación en negocios, para todos ellos el emprendimiento sigue siendo una asignatura pendiente.

Pero, ¿por qué decir que es una asignatura pendiente? En principio cada estudiante que pasa por la educación formal debería recibir en su formación académica asignaturas que le permitan desarrollar o descubrir sus habilidades empresariales, aun sin ser estudiantes de la facultad de negocios, sus planes de estudio deberían contener asignaturas que los preparen para crear un producto y diseñar en torno a él un modelo de negocios viable y escalable.

Crear una cultura de negocios en los campus, permitirá generar equipos multidisciplinarios de emprendedores, para diseñar proyectos de negocios viables y escalables. Aunque requiere de un gran esfuerzo de los actores involucrados, el trabajo que se realice podrá generar a futuro beneficios inesperados y, sobre todo, una mejora en las condiciones de vidas de los involucrados y el desarrollo económico de la zona de impacto de los proyectos.

¿Te animas a emprender?