EL LENGUAJE DE LOS GESTOS SIMBÓLICOS EN LA SEMANA SANTA - UNICAES

Enter your keyword

post

EL LENGUAJE DE LOS GESTOS SIMBÓLICOS EN LA SEMANA SANTA

La Cuaresma, que inicia el miércoles de Ceniza y termina el jueves Santo, es el camino que nos conduce a la celebración del Misterio Pascual.

En la Semana Santa acompañamos a Cristo en su camino de la Cruz y en su “paso a la vida” con unas celebraciones muy ricas. En ellas, lo principal son las lecturas bíblicas (la Palabra que Dios nos dirige a nosotros), las oraciones y cantos (la palabra que nosotros le dirigimos a él). Pero también es importante la pedagogía de unos gestos simbólicos, un lenguaje “no verbal” que expresa a su modo lo que celebramos.

  1. El Domingo de Ramos o de la Pasión, iniciamos la Eucaristía con una procesión de ramos y cantos en honor de Cristo, para conmemorar su entrada a Jerusalén en la semana definitiva de su vida, antes de su entrega pascual en la Cruz. Hoy tiene particular realce la lectura de la Pasión, este año según san Marcos.

“¡Portones, alcen los dinteles! Levántense puertas eternales, y que entre el Rey de la gloria” (Sal 24, 9).

  1. En los días lunes, martes y miércoles Santo, la primera lectura del profeta Isaías, a través de tres poemas (Is 42, 1-7; 49, 1-6; 50, 4-9), nos ofrece la posibilidad de meditar sobre la figura del Siervo de Yahvé, la más adecuada para prepararnos a la contemplación del Calvario. Su imagen anuncia la de Cristo que fue traicionado y vendido por Judas Iscariote.
  2. El Jueves Santo, como preparación a la Pascua, se celebra la Misa Crismal. Es presidida por el obispo, concelebrada por los sacerdotes y la participación de los fieles. Los sacerdotes renuevan sus promesas de pobreza, castidad y obediencia. Se bendicen los óleos y se consagra el crisma que serán materia de los sacramentos del Bautismo, la Confirmación, la Unción de los enfermos y la Ordenación ministerial. A ser posible en cada parroquia se organiza después, el “recibimiento” de esos óleos, para indicar que de la Pascua del Señor renueva todo y que de ella brota la fuerza de todos los sacramentos.
  3. En la Misa vespertina del Jueves Santo, con la que damos inicio al Triduo Pascual, después del Evangelio y de la homilía, tiene lugar el lavatorio de los pies a personas representativas de la comunidad. Es un signo muy expresivo de solidaridad y de servicio a los hermanos que el mismo Cristo realizo en la Última Cena.

Después de la Misa se hace la reserva del Santísimo para la comunión del día siguiente, porque el Viernes Santo no hay Eucaristía, pero sí Comunión. Inmediatamente después de reservar el Santísimo, le siguen unas horas de adoración comunitaria, que suele terminar hacia la media noche. En algunos lugares se acostumbra visitar los monumentos (altares), hay que evitar que sea una especie de “turismo religioso” o una ocasión para criticar la manera en que los han elaborado.

“Les doy un mandamiento nuevo, que se amen los unos a los otros, como yo los he amado” (Jn 13, 34).

  1. El Viernes Santo, con la centralidad de la Cruz y de la Pasión de Cristo, tanto la liturgia como la piedad popular tienen expresiones muy vivas de veneración a Cristo Jesús en su pasión y muerte.

En la celebración litúrgica de la muerte del Señor, hacia las tres de la tarde, se inicia la celebración de un modo diferente al normal: en silencio y, de ser posible, con la postración del sacerdote, mientras la comunidad permanece en silencio y de rodillas preparándose a la celebración. Toda la celebración, y la jornada de hoy y de mañana, tienen un tono contemplativo y de adoración.

En esta celebración tiene lugar la presentación y la adoración de la Cruz. Luego, empezando por el que preside, todos pasan a adorar personalmente a Señor. La Cruz, situada en un lugar destacado y visible, debería ser desde este momento centro de atención y de adoración para los fieles. Es el símbolo cristiano por excelencia.

El sermón de las siete palabras es una costumbre que se conserva provechosamente en algunos lugares como un ejercicio de piedad que, junto con el Viacrucis y las procesiones, ayudan a que la comunidad sintonice más plenamente con la muerte salvadora de Cristo.

El ayuno del Viernes, es un ayuno que se llama “pascual”, como inicio de la Pascua, que desembocará en la alegría de la resurrección del Señor.

“Se humilló a sí mismo hasta la muerte por obediencia, ¡y una muerte en cruz! (Fil 2, 8).

  1. El Sábado Santo, es el día de silencio y de oración en torno a Cristo en el sepulcro.

En la Vigilia Pascual, la noche del sábado al domingo, la celebración principal de todo el año cristiano, realizamos gestos simbólicos muy expresivos. El primero es el hecho mismo de la nocturnidad, o sea, que la celebración se inicia ya de noche para expresar el paso de la oscuridad a la luz, de la muerte a la vida, en Cristo y en nosotros.

Se enciende un fogón fuera del templo, y de él se toma del fuego para encender el Cirio Pascual, símbolo de Cristo, Luz de la humanidad, que se encenderá durante todos la cincuentena pascual. De este Cirio se encienden, en medio de aclamaciones a Cristo, las velas o candelas que cada uno ha traído y que van iluminando progresivamente el templo. Cuando terminan las lecturas del Antiguo Testamento e inician las del Nuevo con el canto del Gloria. El solemne pregón en torno al Cirio, con incensación incluida, marca este festivo comienzo de la Vigilia.

Después de las lecturas bíblicas y de una corta homilía se tiene el rito bautismal, con el simbolismo del agua. Esta noche y los días sucesivos de Pascua, son el tiempo “más bautismal”, porque este sacramento nos “injerta” en la vida y en la muerte de Cristo Jesús en su Pascua. Tanto si hay bautizados como si no, tiene lugar a continuación el rito de la aspersión de toda la comunidad, pidiendo a Dios que renueve en nosotros la gracia y las promesas de nuestro Bautismo.

La Eucaristía de esta noche es la principal de todo el año, y se celebra con mayor solemnidad.

  1. El domingo de Resurrección. En algunos lugares se suele organizar una procesión con el encuentro del Resucitado con su Madre. También en otros, precede la procesión un ángel que anuncia la Resurrección de Cristo.

“Si no hay resurrección de los muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, entonces vana es nuestra proclamación y vana también la fe de ustedes” (1 Cor 15, 13-14).

Texto de Monseñor Miguel Ángel Morán Aquino, Obispo de la Diócesis de Santa Ana y Rector de UNICAES

No Comments

Add your review

Your email address will not be published.

             Maestra Wendy de Cardona                 Docente Facultad de Ciencias y Humanidades

En mi experiencia personal, la dinámica ha sido provechosa no solo por la disposición y capacitación constante en temas educativos, sino también por el interés de la institución en brindar una enseñanza universitaria integral, tal como lo expone el modelo personalista.

Mi experiencia respecto a compartir el aula con estudiantes que poseen capacidades especiales ha sido todo un reto, ya que no solo se traba de llegar e impartir contenidos, sino de acercarse a ellos con la empatía y la prudencia requerida para identificar sus necesidades educativas, de inserción al ámbito escolar universitario y, en algunos casos, establecer estrategias diferentes para su aprendizaje, según la carrera que han elegido.

 

 

 

 

 

 

                Maestro Francisco Javier Clemente              Docente Investigador Facultad de Ingeniería y Arquitectura

Recuerdo el caso de una alumna con problemas de audición que solicitó permiso para que su madre estuviera presente para transcribir la clase. Investigué cómo incluir subtítulos en todas mis clases, asegurando su plena inclusión. Con otros alumnos con dificultades de aprendizaje, busqué métodos personalizados, logrando excelentes resultados.

Ha sido un compromiso personal y profesional garantizar la inclusividad y accesibilidad de mis clases para todos los alumnos, incluyendo aquellos con discapacidades. Me esfuerzo por conocer a mis estudiantes, identificar posibles discapacidades o dificultades en el aprendizaje y ajustar el material didáctico para respaldar diversos estilos de aprendizaje. Además, investigo y aplico tecnologías que faciliten la participación de mis alumnos.

Considero esencial que como docentes y seres humanos aprendamos más sobre educación inclusiva y mejoremos la comunicación con estudiantes que enfrentan diversos desafíos. La inclusión es crucial para que todos se sientan valorados, y esta dedicación ha transformado la experiencia educativa, creando un entorno donde cada estudiante puede alcanzar su máximo potencial.