COLEGIO MADRE DE LA IGLESIA: SEGURIDAD, COMPROMISO Y CONFIANZA PARA LA FAMILIA - UNICAES

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COLEGIO MADRE DE LA IGLESIA: SEGURIDAD, COMPROMISO Y CONFIANZA PARA LA FAMILIA

Probablemente, el quehacer académico te ha llevado a recorrer con prisa el campus universitario. Pero, si eres un poco observador, notarás que por las mañanas se acentúan las risas, se prestan los saludos cordiales y se escucha el sonido peculiar de un timbre que marca la jornada de inicio en el Colegio Madre de la Iglesia, la institución de educación inicial y parvularia de UNICAES.

Curioso. ¡Un Colegio de niños en la Universidad! Pero todo tiene sentido. En el Año 2005, autoridades UNICAES realizaron un estudio sobre la viabilidad de un proyecto educativo para infantes, debido a que muchos estudiantes se presentaban a clases con sus hijos. Al final, la decisión fue unánime: brindar un servicio educativo para los hijos de la comunidad universitaria.

En enero del 2007, con el auspicio de las asociaciones italianas ENEL COURES ONLUS y el Instituto para la Cooperación Universitaria (ICU), la Universidad daba por inaugurado el Colegio Madre de la Iglesia con una misión clara: apoyar a las familias en la educación inicial de sus hijos.

El Colegio comenzó con 15 niños. “Los años pasaron y la familia creció, ahora son más niños quienes conforman esta comunidad”, explica con alegría la Licenciada Yanira de Aguirre, Directora del Colegio. En la actualidad, el promedio anual de niños inscritos en el Colegio ha pasado de 15 a 100 infantes.

La Licenciada de Aguirre encabeza, desde el 2010, un grupo de trabajo formado por cinco docentes y dos niñeras, quienes diariamente trabajan bajo tres pilares fundamentales: seguridad, compromiso y confianza. El Centro Educativo cuenta con 4 salones de clase, además de un centro de computación, un aula de recreación, comedor, guardería y área de descanso.

María Martínez es una de las maestras fundadoras de la institución, esto le ha llevado a ver de primera mano la evolución del Colegio y a representar, con orgullo, el reto que año con año se proponen: “Hay diferentes retos a diario, porque somos la parte en la que los niños refugian emociones de casa. De manera individual, con cada niño, debemos establecer un nexo académico y personal”, explica la maestra.

Suena el timbre, pero esta vez anuncia el cierre de la jornada. Los papás recogen a sus hijos para llevarlos a casa. Se muestran agradecidos. La seguridad, el compromiso y la confianza del colegio es un alivio para sus familias.

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             Maestra Wendy de Cardona                 Docente Facultad de Ciencias y Humanidades

En mi experiencia personal, la dinámica ha sido provechosa no solo por la disposición y capacitación constante en temas educativos, sino también por el interés de la institución en brindar una enseñanza universitaria integral, tal como lo expone el modelo personalista.

Mi experiencia respecto a compartir el aula con estudiantes que poseen capacidades especiales ha sido todo un reto, ya que no solo se traba de llegar e impartir contenidos, sino de acercarse a ellos con la empatía y la prudencia requerida para identificar sus necesidades educativas, de inserción al ámbito escolar universitario y, en algunos casos, establecer estrategias diferentes para su aprendizaje, según la carrera que han elegido.

 

 

 

 

 

 

                Maestro Francisco Javier Clemente              Docente Investigador Facultad de Ingeniería y Arquitectura

Recuerdo el caso de una alumna con problemas de audición que solicitó permiso para que su madre estuviera presente para transcribir la clase. Investigué cómo incluir subtítulos en todas mis clases, asegurando su plena inclusión. Con otros alumnos con dificultades de aprendizaje, busqué métodos personalizados, logrando excelentes resultados.

Ha sido un compromiso personal y profesional garantizar la inclusividad y accesibilidad de mis clases para todos los alumnos, incluyendo aquellos con discapacidades. Me esfuerzo por conocer a mis estudiantes, identificar posibles discapacidades o dificultades en el aprendizaje y ajustar el material didáctico para respaldar diversos estilos de aprendizaje. Además, investigo y aplico tecnologías que faciliten la participación de mis alumnos.

Considero esencial que como docentes y seres humanos aprendamos más sobre educación inclusiva y mejoremos la comunicación con estudiantes que enfrentan diversos desafíos. La inclusión es crucial para que todos se sientan valorados, y esta dedicación ha transformado la experiencia educativa, creando un entorno donde cada estudiante puede alcanzar su máximo potencial.